viernes, 27 de noviembre de 2009

Las gaviotas, como es bien sabido, nunca se atascan, nunca se detienen. Detenerse en medio del vuelo es para ellas vergüenza, y es deshonor.

Y OTRA VEZ "BIENVENIDOS AL PARAISO" HA SIDO PREMIADO CON LA GAVIOTA DE ORO FEDERAL.

"De nuestra mayor consideración, nos es grato informarles, que el programa "Bienvenidos Al Paraíso" ha sido Premiado con Una mención Especial, sería muy grato para SADAP. contar con vuestra presencia.Les recordamos que el evento tendrá lugar el día Viernes 18 de Diciembre de 2009, a las 19hs., en el Complejo Tío Curzio, en el Salón "La Cascada" Mar del Plata. Para mayor información, ingresar a la página: http://www.gaviotadeoro.com.ar/
CordialmenteNélida Esther Michele - Presidente de S.A.D.A.P."

Hace muchos años que empezamos a intentar volar... Hasta que un día...

martes 28 de julio de 2009
PRIMER PROGRAMA CONDUCIDO Y REALIZADO POR PERSONAS CIEGAS Y CON BAJA VISIÓN
Y, sí!!!!!!!!!!!!!!!!! Estamos transitando el camino más esperado, logrando el objetivo más deseado. Luego de tantas experiencias, proyectos y talleres, podemos decir en BIENVENIDOS AL PARAISO: ¡LO LOGRAMOS! BIENVENIDOS AL PARAISO es conducido por personas ciegas y con baja visión, el Lic. Gustavo Lastra y la Sra. Jorgelina Cura, haciendo que este programa promueva más que nunca el tema más importante que nos convocó en el inicio: "respetar y defender a la biodiversidad". Luego de un arduo trabajo para realizar las adaptaciones correspondientes en el estudio, y en la operación, y gracias a Pablo, Martín y Sergio, a los directores, Magui y Pablo y todos los integrantes de la FN FENIX 100.3, Martinez, por internet: www.fmfenix.com.ar estamos en el "Eter" haciéndonos escuchar... Lo logramos gracias al aliento de nuestros oyentes y colegas!!!GRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Como dice Jorgelina: "En un segundo la vida se te va... y quedan pocas oportunidades para darte cuenta que la vida sigue, sin ver, pero viendo desde el corazón"¡¡¡BIENVENIDOS AL PARAISO!!!!

Entoces... Compartamos esta lectura:

"Juan Salvador Gaviota pasó el resto de sus días solo, pero voló mucho más allá de los Lejanos Acantilados. Su único pesar no era su soledad, sino que las otras gaviotas se negasen a creer en la gloria que les esperaba al volar; que se negasen a abrir sus ojos y a ver. Aprendía más cada día.

Aprendió que un picado aerodinámico a alta velocidad podía ayudarle a encontrar aquel pez raro y sabroso que habitaba a tres metros bajo la superficie del océano: ya no le hicieron falta pesqueros ni pan duro para sobrevivir. Aprendió a dormir en el aire fijando una ruta durante la noche a través del viento de la costa, atravesando ciento cincuenta kilómetros de sol a sol. Con el mismo control interior, voló a través de espesas nieblas marinas y subió sobre ellas hasta cielos claros y deslumbradores... mientras las otras gaviotas yacían en tierra, sin ver más que niebla y lluvia. Aprendió a cabalgar los altos vientos tierra adentro, para regalarse allí con los más sabrosos insectos.Lo que antes había esperado conseguir para toda la Bandada, lo obtuvo ahora para si mismo; aprendió a volar y no se arrepintió del precio que había pagado. Juan Gaviota descubrió que el aburrimiento y el miedo y la ira, son las razones por las que la vida de una gaviota es tan corta, y al desaparecer aquellas de su pensamiento, tuvo por cierto una vida larga y buena.Vinieron entonces al anochecer, y encontraron a Juan planeando, pacífico y solitario en su querido cielo. Las dos gaviotas que aparecieron junto a sus alas eran puras como luz de estrellas, y su resplandor era suave y amistoso en el alto cielo nocturno. Pero lo más hermoso de todo era la habilidad con la que volaban; los extremos de sus alas avanzando a un preciso y constante centímetro de las suyas.Sin decir palabra, Juan les puso a prueba, prueba que ninguna gaviota había superado jamás. Torció sus alas, y redujo su velocidad a un sólo kilómetro por hora, casi parándose. Aquellas dos radiantes aves redujeron también la suya, en formación cerrada. Sabían lo que era volar lento.Dobló sus alas, giró y cayó en picado a doscientos kilómetros por hora. Se dejaron caer con él, precipitándose hacia abajo en formación impecable.Por fin, Juan voló con igual velocidad hacia arriba en un giro lento y vertical. Giraron con él, sonriendo.Recuperó el vuelo horizontal y se quedó callado un tiempo antes de decir:-Muy bien. ¿Quiénes sois?-Somos de tu Bandada, Juan. Somos tus hermanos. -Las palabras fueron firmes y serenas-. Hemos venido a llevarte más arriba, a llevarte a casa.-¡Casa no tengo! Bandada tampoco tengo. Soy un Exilado. Y ahora volamos a la vanguardia del Viento de la Gran Montana. Unos cientos de metros más, y no podré levantar más este viejo cuerpo.-Sí que puedes, Juan. Porque has aprendido. Una etapa ha terminado, y ha llegado la hora de que empiece otra.Tal como le había iluminado toda su vida, también ahora el entendimiento iluminó ese instante de la existencia de Juan Gaviota. Tenían razón. El era capaz de volar más alto, y ya era hora de irse a casa.Echó una larga y última mirada al cielo, a esa magnífica tierra de plata donde tanto había aprendido.-Estoy listo -dijo al fin.Y Juan Salvador Gaviota se elevó con las dos radiantes gaviotas para desaparecer en un perfecto y oscuro cielo.
Juan Salvador Gaviota (Richard Bach)

¡¡¡BIENVENIDOS AL PARAISO!!!

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